Karmele Fernández Elejalde

Siempre que me preguntan qué hay que hacer para ser voluntaria o qué se tiene que tener en cuenta para estar con personas con discapacidad, yo siempre les digo que lo más importante es tener un buen corazón para darles todo el cariño que se merecen

Fundación Síndrome de Down

Karmele Fernández Elejalde

AMIGA FUNDACIÓN

Hace 7 años, tenía una motivación clara: ayudar, animar, hacer pasar un rato entretenido a niños y niñas con síndrome de down. Con esta motivación decidí a acudir a la Fundación Síndrome de Down, porque quería dedicar algo de mi tiempo a menores con necesidades educativas especiales durante algunas tardes de la semana, tras salir de trabajar.

Una chica llamada Izaskun me realizó una entrevista y me dijo qué se necesitaba en esos momentos. Al no poder estar con niñas y niños, y tampoco poder prestar ayuda durante la semana, decidí apuntarme los sábados y con personas adultas.

Cada sábado que estoy con el grupo de tiempo libre de personas adultas disfruto muchísimo porque las actividades que han elegido son muy entretenidas y me encanta ayudarles en cada una de ellas y en cada momento que necesitan, en actividades como spa, comida, gala de navidad…. Pero donde disfruto aún más es en el antes y después de cada actividad. Es decir, hay dos tipos de participantes, semanales y bimensuales. Tras esperarles en los puntos de quedada, vamos todos juntos a disfrutar de las actividades, reímos un rato.. Escucharles y que nos cuenten cómo ha sido su semana antes de llegar a la actividad es lo que más me gusta. ¡ME ENCANTA!

Entre las tareas concretas que realizo están:

Siempre que me preguntan qué hay que hacer para ser voluntaria o qué se tiene que tener en cuenta para estar con personas con discapacidad, yo siempre les digo que lo más importante es tener un buen corazón para darles todo el cariño que se merecen.

Por último, con todo lo vivido, sí que me gustaría lanzar el mensaje al resto de la sociedad de que se visibilizaran más actos sobre estas personas, se realizaran más charlas y que se respetara su opinión; darles voz en todos los campos posibles y escucharles más. Y sobre todo, para que haya una mejora, no solamente lo tenemos que realizar el monitorado voluntario, creo que hay que empezar desde la familia, la sociedad (instituciones, colegios...), debería de ser una participación conjunta para el bien de ellos y ellas.

A día de hoy, sigo con la misma motivación con la que entré a la Fundación e INTENTO REALIZARLO LO MEJOR POSIBLE.