Naiara, Mohamed, Uxue
Tres de las personas voluntarias que participaron en el evento deportivo que acogió Bilbao en mayo relatan sus experiencias, donde destacan la emoción y el sentimiento de pertenencia.
Champions League femenina
Tres de las personas voluntarias que participaron en el evento deportivo que acogió Bilbao en mayo relatan sus experiencias, donde destacan la emoción y el sentimiento de pertenencia.
Champions League femenina
En mayo, Bilbao se convirtió en el epicentro del fútbol femenino al acoger la final de la Champions League femenina en el icónico estadio de San Mamés. Este evento enfrentó al Olympique de Lyon y al F.C. Barcelona, dos de los equipos más destacados del panorama europeo.
Sin embargo, esta final no solo atrajo a miles de aficionados, sino también a un grupo de personas voluntarias que hicieron posible que todo funcionara a la perfección.
Es el caso de Naiara Ruiz, Mohamed Ouallal y Uxue Ferrero, cada uno con experiencias y motivaciones diferentes, pero compartiendo la misma ilusión por formar parte de un evento deportivo de gran magnitud.
Un evento de gran magnitud desde cerca
Naiara Ruiz, de 31 años, es una profesional con una década de experiencia en la organización de eventos corporativos. Sin embargo, este evento le ofreció la oportunidad de explorar el ámbito deportivo. "Tengo conocimiento de lo que son los eventos, pero hay una diferencia con los de carácter deportivo. Mi motivación era conocer qué había detrás de la organización de los eventos deportivos y, sobre todo, en uno de esta magnitud", comenta.
Además, el hecho de que se tratara de un evento femenino en su ciudad natal, Bilbao, le otorgaba un atractivo especial. "Este evento era también a nivel europeo, lo que hace que haya mucha diversidad de gente. A mí me motiva conocer a gente de diferentes perfiles", asegura.
Naiara formó parte del equipo de voluntariado ACE, un rol versátil. “Mi tarea se basaba en ofrecer soporte a diferentes equipos de trabajo según las necesidades del momento. Di mucho apoyo a la parte de acreditaciones y tuve, incluso, la oportunidad de ayudar al equipo de logística a colocar los materiales que encuentran las jugadoras en los vestuarios", recuerda.
Asegura que la experiencia le permitió aprender cosas nuevas y crear vínculos con otras personas voluntarias. "El equipo que organizaba todo el voluntariado, se preocupaba todo el rato de que estuviéramos cómodas. Hubo mucho respeto y apoyo en todo momento", apunta.
Impulsar la integración
Por su parte, Mohamed, un joven de 20 años originario de Marruecos, lleva nueve meses viviendo en Bilbao y está estudiando. Para él, participar como voluntario en la final de la Champions League femenina fue una vivencia transformadora. "La experiencia de la UEFA fue increíble porque conocí a gente, lo que me ayuda mucho a integrarme con la gente de aquí y también conocer a gente de fuera", dice.
Mohamed llegó a esta oportunidad a través de la asociación Zubietxe y destaca cómo le ayudó a sentirse más integrado. "A las personas voluntarias nos cuidaron muy bien. Las personas que gestionaban el voluntariado se preocupaban todo el rato de que no nos faltara de nada".
En concreto, Mohamed formó parte del área de Management Volunteer. “Ayudábamos a las personas voluntarias a desempeñar sus tareas, informándoles de por dónde tenían que ir o aportándoles ayuda o cosas que necesitaran”, explica.
También tuvo la responsabilidad de cuidar la corona de la MVP del partido. “Estuve custodiando el trofeo que recibió Aitana Bonmatí al acabar la final. Fue un momento inolvidable que se sumó al del ensayo previo al partido, en el que salté al terreno de juegocomo figurante, simulando ser una de las jugadoras que después saldrían al campo. Nunca pensé que iba a vivir esta experiencia y me gustaría vivirla en otros países”, añade.
Contribuir al crecimiento del fútbol femenino
Uxue Ferrero, de 22 años y originaria de Sopela, aunque actualmente vive en Barcelona, está estudiando para ser entrenadora de fútbol y practica este deporte desde los cuatro años. Para ella, esta experiencia significaba mucho más que ser voluntaria: “Era una forma de contribuir al crecimiento del fútbol femenino”, asegura.
Cuenta que no tuvo ninguna duda en inscribirse como voluntaria en cuanto conoció la opción de hacerlo. "Mi ama me avisó de que nos había llegado un mensaje de la asociación Gaude para ser voluntaria en la final, y no dudé en apuntarme. Además, coincidía con mi cumpleaños y con que era en Bilbao", explica.
En concreto, Uxue formó parte del equipo de ceremonias, encargada de sacudir la lona del Barça durante el evento. "Tuvimos que hacer 4 o 5 ensayos para ello. El primer día llovía, la lona pesaba mucho… pero fuimos trabajando en ello para que saliera bien", explica, y añade que “el esfuerzo valió la pena. Con el campo lleno se me ponía la carne de gallina. Había mucha emoción en el ambiente. Además, cuando el partido se puso en juego, nos dejaron verlo desde el palco. Fue alucinante”.
Para Naiara, Mohamed y Uxue, la final de la Champions League femenina fue una experiencia inolvidable. A pesar de sus diferentes motivaciones, coinciden en que participar en este evento deportivo les permitió conocer y conectar con personas de todo el mundo. “Repetiríamos la experiencia sin duda”, afirman, subrayando el impacto positivo tanto a nivel personal como profesional de este gran evento deportivo.