Carolina Lai

Ese es el verdadero poder del voluntariado: que todo pierde importancia cuando, en el otro lado de la balanza, hay una buena dosis de amor.

BizkaiaGara

Carolina Lai, voluntaria europea

No hay un solo camino

Hola, soy Carolina, y lo único que necesitas saber sobre mí es que tengo una sola ambición en la vida: amar con el corazón abierto y hacerlo lo mejor que pueda.

Desde pequeña he tenido la suerte de recibir mucho amor: me lo han enseñado mi familia, mis amigos, mis profesores, mis jefes scout y todas las personas que, de una u otra manera, me lo han transmitido. Por eso nació en mí la necesidad de compartir lo que he recibido, con la esperanza de que ese amor crezca al multiplicarse.

Este verano, tras terminar el bachillerato, me encontré en ese punto en el que el futuro es incierto y las expectativas ajenas parecen marcar el camino. Pero entendí que la única forma de invertir mi tiempo sin miedo a desperdiciarlo era haciendo voluntariado. Así que me fui a Congo, donde pasé un mes en un centro de acogida para niños sin hogar. Fue un viaje intenso, no solo por lo que vi, sino porque, por primera vez, me detuve a escuchar voces que sonaban como caricias o como bofetadas, pero que repetían, como un eco: así suena la vida.

Entonces comprendí que había estado viviendo mi vida como un libro escrito por otros, siguiendo sin cuestionar el camino establecido. Pero, hablando con diferentes personas, descubrí el Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), un programa de la UE que permite a jóvenes de todo el mundo hacer voluntariado en diferentes países. Así llegué a Bilbao, donde participo en el proyecto BizkaiaGara. Aquí colaboro en la organización de eventos y actividades para fomentar la activación ciudadana, además de promover el CES entre otros jóvenes como yo, con la esperanza de que descubran que ellos y ellas también pueden ser parte del cambio. Gracias a este programa becado estaré en Bilbao nueve meses, aprovechando la oportunidad para aprender, colaborar, conocer y disfrutar de la experiencia y de la vida.

Bueno, ahora que he terminado mi presentación, puedo decir que mi nombre es Carolina Lai, tengo 19 años y nací en Florencia. Cuando termine mi experiencia en Bilbao, probablemente volveré a Italia para estudiar Derecho… una vida normal, como la de tantas otras personas. Ese es el verdadero poder del voluntariado: que todo pierde importancia cuando, en el otro lado de la balanza, hay una buena dosis de amor. Por eso, no necesitas ni valentía ni miedo, solo dar el primer paso y empezar tu camino.