Soledad Calderón
Desde esta sintonía con las personas de otras culturas y países que tenían dificultades aquí, surgió en mí el interés por conocer y ayudar a las personas y proyectos en sus países de origen
Sympathizers of Ghana
Desde esta sintonía con las personas de otras culturas y países que tenían dificultades aquí, surgió en mí el interés por conocer y ayudar a las personas y proyectos en sus países de origen
Sympathizers of Ghana
Me llamo Soledad Calderón y comencé a hacer voluntariado cuando estaba en la Universidad y desde entonces no he parado. Durante estos años, he realizado muchas actividades diferentes de voluntariado.
Una de las que más me han marcado y en la que participé durante muchos años, y de una manera muy intensa, fue con personas migrantes, fundamentalmente de África.
Realizaba tareas relacionadas con mis estudios tanto en actividades de asesoramiento jurídico como en visitas a quienes estaban en la cárcel. En aquel momento esas actividades me aportaban una serie de conocimientos y prácticas que contribuían a mi desarrollo profesional, a la vez que me sentía útil y necesaria para un colectivo en desventaja social. Me abrió los ojos a la difícil situación de las personas extranjeras pobres y excluidas socialmente.
Desde esta sintonía con las personas de otras culturas y países que tenían dificultades aquí, surgió en mí el interés por conocer y ayudar a las personas y proyectos en sus países de origen, por lo que tuve dos experiencias de voluntariado en verano en dos países de Latinoamérica. Ésa fue una experiencia muy impactante para mí, y me di cuenta de que la ayuda que necesitan no es la participación puntual en un proyecto unas semanas, sino el apoyo y sostenimiento de proyectos a largo plazo que contribuyan al empoderamiento de las personas.
Casualidades de la vida, un día me fui de vacaciones a Ghana y conocí al que hoy es mi marido. Así descubrí la realidad africana, y me involucré en diferentes proyectos allí, primero a distancia y luego en persona cuando estuve allí viviendo y trabajando durante dos años.
Pasado un tiempo volví a mi casa en Portugalete teniendo muy claro que no quería desvincularme de aquella gente y aquellas tierras, a la vez que sentía una responsabilidad, como persona privilegiada que soy, de contribuir en la medida de lo posible a su mejora.
Por esa razón creamos una asociación en Bizkaia “Sympathizers of Ghana” para colaborar con proyectos en Ghana; nos interesaba fundamentalmente promover la educación de las niñas/jóvenes. Lo que más destacaría de esta actividad de voluntariado es la importancia, incluso más que la ayuda en sí, de acercar la realidad y necesidades de la población local ghanesa a la ciudadanía vasca, y en este sentido hemos hecho un esfuerzo por sensibilizar a las personas jóvenes de aquí sobre las condiciones de las jóvenes de allí para poder acceder a la educación, desmontando muchos mitos y prejuicios.
De esta experiencia asociativa hemos aprendido que, para poder tener más impacto, hay que hacer los proyectos involucrando a cuantos más actores sea posible, de ambos países.
Gracias al voluntariado en este campo mi manera de pensar y actuar ante la realidad social no es la misma que antes, contribuyendo también a una mayor implicación como ciudadana en mi entorno más cercano, haciendo real el leitmotiv de la cooperación al desarrollo: Piensa global, actúa local.